Sacrificios

Aventura vikinga en la verde AEN

De como el asedio de Sogrt se desasedia, del recuentro con un buen amigo y de los caminos que el destino nos tenía reservados


Protas:
  • Valeska: Hija bastarda del hersir de Hana.
  • Gudrun: Cazadora con fama de maldita.
  • Syn: Skald con debilidad por los helechos.
  • Edda: Valkiria con tendencias violentas.  
  • Thorstein: Vikti (mago rúnico) un poco cenizo.
  • Aud: Herrera perseguida por el drama.
Otros personajes
  • Oleg Fulanodetal: Hersir del pueblo de Sogrt y descendiente de gigantes.
  • Alric «Vientodehierro»: Un muchachote de Hana, buena gente.
  • Inga Cabellonegro: Viuda del jarl Finnar. Cegada por las malas artes del seiðr.
  • Slaga Fjorirfingr Thursønn: Antiguo consejero del jar. Ha secuestrado a Sigurd y se ha vuelto malo.
  • Adrai, la seiðkona: Hechicera oscura y lianta.
  • Hersir Leight “Brazo de Toro” Ossiansønn, padre de Valeska. Actualmente está a medio camino de quedarse tullido después de que se le derrumbara el establo encima. 
  • Foda “Pieldeserpiente” Leithdóttir, medio hermana de Valeska. Se le nota a la legua que es mala gente.

Tras liberar Heidhal, acabar con la vida de Viddar (pun intended) y demostrar que los hombres bestia pueden morir, a nuestro grupo de heroínas aún le queda trabajo por hacer.

The Hana’s Best, con Valeska a la cabeza y con 50 voluntariosos karl de Heidhal, llegan desde el oeste a la villa de Sogrt famosa por sus caballos. Desde el otro lado se acerca gente menos amable pero extremadamente motivada: una cohorte inmensa de cornudos hombres bestia aulladores.

Oleg «Hestrmik» Hulfirsønn, del Clan del Semental Gris, brinda desde las murallas un escéptico saludo que se resume en “venid a festejar que vamos a morir todos mañana”. Y, bueno, nunca se le dice que no a una buena fiesta a las puertas del Helheim. Al fin y al cabo, ya hemos estado allí.

De todos modos, entre copas de hidromiel y comentarios derrotistas del jarl local, hay tiempo de planear tácticas. Edda se ofrece a liderar a los guerreros de Heidhal en un muro de escudos, mientras la caballería de Sogrt carga por detrás para coger a las bestias entre dos fuegos. La táctica del martillo y el yunque.

Gudrun construye trampas en los flancos, con ayuda de los cazadores locales, para evitar que el inhumano enemigo desborde el muro de escudos. Y el fino oído de Syn se percata de que en una zona de la hueste oscura los hombres bestia y aúllan, ni ululan, ni berrean. Están tranquilos y de chill… Tiene toda la pinta de ser el lugar donde se escondería una seiðkona.

Sería un buen lugar para asaltar cuando el grueso de las tropas esté distraído con la batalla, aunque a Edda le preocupa no estar presente para dirigir el muro de escudos. Pero Alric «Vientodehierro», nuestro fiel amigo de Hana, aparece dispuestisimo a ofrecerse.

Alric se nos unió en Heidhal, con noticias del pueblo poco halagüeñas. Foda se enteró de la muerte de su marido y, pese a lo épico del asunto, no le pareció bien, así que se dedicó a hacerle la puñeta a todo el que le hubiera hablado bien a Valeska alguna vez en su vida. Así que Alric se largó, no sin antes poner a salvo al hermano de Gudrun. Nos confirma, así mismo, que el hersir Leight sigue vivo.

Ah, y en un flashback descubrimos que Syn le tocó la flauta a Alric. Tanto metafórica como literalmente. La metáfora ya os la imagináis, la otra flauta era una muy bonita que Alric talló para su hermana pequeña que se murió de unas fiebres. Y nunca aprendió a tocar la flauta solo, así que se la regaló a Syn para que se la toque. Yatusabeh.

¿Problemas? Póngame más

El caso que llega la batalla y los planes salen razonablemente bien. Las trampas y las flechas de Gudrun funciona, el muro de escudos sufre como una madre pero aguanta gracias a Alric (¡equipo Hana!), y la caballería de Sogrt despliega una impecable formación de punta de flecha para romper la hueste de hombres bestia. Pese a todo, el enemigo parece fortalecido por magia oscura.

Así que a nuestras heroínas les toca dirigirse a ese misterioso lugar de calma… Donde no encuentran una seiðkona, sino tres. Y no son seiðkonas, son druidas oscuros de Torgenair, que es hasta peor. Y están haciendo jíbiri jíbiri en torno a un oscuro círculo de piedras.

Cargamos animadamente y Syn invoca una bandada de pájaros para distraerlos. Pero los pájaros la diñan igual de mágicamente que aparecieron en cuanto pone un pie en el claro una mezcla entre hombre, bestia, sombra y mala leche: un Tuatha Dé Danann, que devora a los tres druidas sin pensárselo mucho.

Representación artística de un Tuatha Dé Danann. Jauría no incluida.

La magia seiðr que emana la criatura es apabullante y tremebunda, pero el grupo cuenta con un arma secreta: amuletos de protección con la runa doble de Thorstein. Así escudados del poder oscuro, y con valientes cargas cuerpo a cuerpo despreciando toda seguridad personal, Valeska, Edda, Syn y Gudrun acaban con el Tuatha Dé Danann. Y sin su protección, la hueste oscura se deshace frente a las tropas de Sogrt como la marea ante las rocas.

Tras la épica, llega el descubrimiento… y no uno bueno. ¿Dónde están esos silenciosos hombres bestia que cuidaban este claro? No eran un refuerzo para la batalla. Era al revés, la batalla era un señuelo para que estas criaturas se dirigiesen al norte sin que Sogrt interfiriera. Su rastro es claro, y lleva hasta la piedra que guarda Aen de la oscuridad. Quieren destruirla.

Continuará

Deja un comentario